Las susodichas agencias, seguras de su éxito, en plena y muy esforzada tarea. Entre ellas descansa, como un manso corderito, el presidente sirio Bachar al Asad.
Manifestantes desalojados por la policía autonómica catalana en un ejemplo claro de exceso de cumplimiento de su deber. Los activistas no nudistas ya hablan de 'abuso policial'.
Las cuentas públicas españolas entregándose a una bacanal desenfrenada de derroche insostenible. En el extremo derecho, la Educación y la Sanidad empiezan a sentir un ligero mosqueo con la que va a caer. [Dramatización]